Así, pudimos volar y ver desde el avión: la ciudad, el río, las chacras, las vías del tren, nuestra escuela y las ciudades vecinas.
También nos prestaron la mesa de ping pong para jugar. Compartimos la merienda con las madres de mis compañeros, la seño, el presidente del aéro club y algunos pilotos.
Después les entregamos los cuadros que habíamos hecho en la escuela.
Fue un día inolvidable y nos invitaron a regresar cuando queramos. :)
FACUNDO MONTELEONE